Carta
a nuestras familias HVD
10 de abril 2020
Querida familia:
Llevamos ya varias semanas confinados en casa.
Confiamos en que estéis todos bien y que si cerca vuestro alguien no lo está, estamos
seguros de que estaréis siendo punta de lanza y os hayáis hecho fuertes en esta
debilidad para así mejor servir y acompañar a los vuestros.
Estamos viviendo uno de esos momentos que marcan toda una época. Y en medio de él estáis vosotros. Y en este contexto tan preocupante, tan desconcertante y tan copado de noticias que nos gustaría no tener que escuchar, nos estáis dando una lección de vida que no queremos ni podemos obviar. Realmente estáis siendo para nosotros motivo de esperanza.
Confinados en casa nos estáis mostrando vuestra capacidad de adaptación, vuestro increíble modo de organizaros, vuestra creatividad para compartir, para ayudaros entre vosotros, … . Por todo ello os decimos GRACIAS y salimos al balcón de nuestra Institución para daros ese aplauso cotidiano que reconoce el esfuerzo, la capacidad de adaptación a este escenario y el apoyo a cuantos estáis haciendo que toda esta situación no pese tanto.
Nuestro
aplauso hacia vosotras, queridas familias, va cargado también del deseo pascual
de que no dejéis de confiar, de que mantengáis viva la llama de la fe, de que
aprovechemos esta situación tan excepcional que está poniendo a prueba casi
todo para hacernos preguntas y resetearnos un poco. Creemos que este tiempo es,
sin duda, una oportunidad para mirarnos por dentro, hacernos algunas preguntas
y atrevernos a escuchar las respuestas. El carisma de nuestra Institución nos invita,
este curso, a reforzar nuestra esperanza, a hacer frente a lo que la vida es y
nos pone delante con la confianza de que Dios acompaña nuestro caminar y
nuestra historia.
Ya sabéis que todo momento de crisis es oportunidad de crecimiento. Y estamos en uno de esos momentos en los que todo se tambalea. El Papa Francisco hace unos días nos recordaba que, como los discípulos en aquella tempestad, sentimos miedo de ver que todo se tambalea y oscurece, y llegamos a pensar que Jesús se olvida de nosotros. Nada más lejos de la realidad. Precisamente él, que padeció en la Cruz por puro amor, sabe mejor que nadie de nuestros desvelos, de nuestra preocupación y de nuestra impotencia. En su Cruz hemos sido salvados, hemos sido rescatados, hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor. En medio del aislamiento, escuchemos el anuncio que salva: ha resucitado y vive a nuestro lado (Cfr. Oración extraordinaria con bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco).
Gracias,
muy especiales a todo nuestro alumnado, por vuestra apuesta por una humanidad
sensata, con valores, cercana a las necesidades de nuestro tiempo, que se deja
afectar por todo cuanto acontece y que piensa en los más débiles. No os canséis
de buscar la verdad y hacer el bien. Desde casa seguid acompañando a los
últimos, seguid haciéndoos presentes en la vida de vuestros compañeros y
amigos, sed sal y luz para los mayores y facilitar con vuestra conducta una
sana vida familiar, iglesia doméstica. Que el testimonio de vuestro modo
de vivir esta situación hable en todo momento de responsabilidad, resistencia,
respeto y esperanza.
Recibid un afectuoso saludo, ¡Feliz Pascua a todos!
Selaya, a 10 de abril de 2020
La Comunidad Educativa del Colegio Virgen
de Valvanuz
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